Qué tal si deliramos
por un rato…
Qué tal si visitamos
el futuro adivinando otro mundo posible…
En donde el poder
popular no será solo discurso sino un ejercicio pleno de las masas.
El gobierno dejará de
llamarse gobierno, porque será Autogobierno. Las figuras de presidente,
gobernadores, alcaldes y otras autoridades representativas dejarán de
existir, no por decreto ni por sentencia, sino porque ya no van ser necesarias.
La gente no vivirá
para trabajar, ni trabajará para acumular capital, el trabajo ya no será
castigo ni sacrificio.
El trabajo
pasará a ser una ocupación creativa, socialmente necesaria para
reproducir la vida en comunidad.
Nadie, absolutamente
nadie será explotado ni oprimido por nadie ni por nada, porque nadie
necesitará vender su cuerpo, su mente, ni su fuerza.
Los
sujetos dejarán de ser objetivizados y los objetos subjetivizados.
El machismo será solo una ficción ajena de toda realidad social, y la igualdad
de género será convertida en una práctica social obligatoria.
La burguesía dejará de
existir en el territorio, o si existe quedará poca, sin fuerzas necesarias para
sabotear, ni tendrá poderes para manipular, controlar ni mandar.
El dinero perderá sus
mágicos poderes y toda riqueza será socializada con todos y con todas.
Los medios de
producción ya no serán monopolizados por capitales privados porque los medios
de producción pasarán a ser propiedad comunal.
No
habrá latifundios ni minifundios ni…. Sin tierras, todos producirán, sean
artes, alimentos, manufacturas o tecnologías.
La agricultura y la
industria definitivamente sustituirán a la renta petrolera porque la producción
y transformación de la materia prima pasarán a ser la actividad cotidiana de la
gente que, con eficiencia y empeño irá tejiendo la patria soñada.
A la tierra se le
reconocerá su derecho a la vida, que desde la revolución verde se le
ha negado y a ningún individuo se le ocurrirá ni por locura ni por codicia
utilizar venenos en los cultivos.
Los ríos recuperarán
sus caudales y el aire estará libre de toda contaminación.
Ningún habitante
sufrirá de desnutrición porque nadie sufrirá de obesidad.
Los supermercados
dejarán de ser el lugar indispensable para los
consumidores porque los alimentos dejarán de ser mercancías.
Se instalaran en
todos los rincones del país ferias y trueques campesinas en donde el
productor y consumidor, relajados, en armonioso diálogo intercambiaran
productos y saberes.
Las ciudades serán
descongestionadas y los campos serán poblados de hombres y mujeres que con
tesón y esperanza irán reforestando desiertos, surcando horizontes y
cultivando vidas.
Todos tendrán sus
patios sembrados de flores y hortalizas.
Los órganos de
seguridad ya no serán la maldición de los pobres, ni aliados de los ricos
porque la justicia, la seguridad y la paz serán asumidas por todos y todas.
Los medios de
comunicación, las escuelas y las universidades dejarán de ser instrumentos de
la industria cultural burguesa y pasarán a ser forjadores de la cultura de
masa. El arte dejará de ser mercancía y el entretenimiento un negocio.
Los EE UU en absoluto
perderá la vieja costumbre de invadir países,
fabricar guerras e imponer gobiernos porque dejara de ser imperio.
Jamás volverán a ser
confundidos Derechos Humanos con humanos de la derecha porque
no habrá derecha.
Los burócratas dejaran
de creer que a los ciudadanos les encanta visitar oficinas y gestionar papeles.
La educación dejará de
ser bancaria porque la educación será popular y liberadora, y
bajo ningún pretexto los títulos y medallas representaran méritos de
conocimientos, ni serán pasaportes de privilegios.
Los niños perderán las
ganas de jugar videos juegos y los adultos de visitar centros
comerciales.
La coca cola y
McDonald definitivamente huirán del país porque nadie les comprará sus
productos
Las religiones y los
partidos harán una gran asamblea en donde informarán a los presentes su
extinción por inutilidad.
El legado de Chávez
será asumido por todos y todas, y, ni por ingenuidad ni felonía a nadie se le
antojará volver al capitalismo.
Serán incluidos todos
aquellos que tengan voluntad de trabajar y voluntad amar, seremos hombres y
mujeres felices, amantes de la belleza del espíritu, de la naturaleza y
de la sabiduría, seremos ejemplo de moral para otros pueblos hermanos, que con
firmeza y sin pausa seguiremos luchando junto a ellos por la liberación
definitiva.
Adriano
Muñoz Pérez.
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