Adriano Muñoz
Promoción: hijos e hijas de la tierra
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos
Eduardo Galeano.
A la discusión sobre la graduación de la primera promoción, “hijos e hijas de la tierra”, quisiera colocar algunos elementos, que algunos quizás no compartan, pero sin embargo no deja de ser un aporte para la crítica y autocrítica.
El surgimiento del IALA obedece a la necesidad de la formación científica, técnico-político de campesinos, campesinas, indígenas y Afrodescendientes de Nuestra América;
dentro de la dinámica de la educación popular liberadora, donde se busca romper paradigmas convencionales de la educación tradicional universitaria. Este desafío hemos venido empujando hasta que llegó el momento de la discusión del acto de graduación. Digo de esta manera porque las discusiones que se han venido desarrollando en torno al tema, nos demuestra lo frágil que estamos políticamente, sumado a nuestra incoherencia y desvíos ideológicos que hemos sufrido como colectivo.
dentro de la dinámica de la educación popular liberadora, donde se busca romper paradigmas convencionales de la educación tradicional universitaria. Este desafío hemos venido empujando hasta que llegó el momento de la discusión del acto de graduación. Digo de esta manera porque las discusiones que se han venido desarrollando en torno al tema, nos demuestra lo frágil que estamos políticamente, sumado a nuestra incoherencia y desvíos ideológicos que hemos sufrido como colectivo.
Estas debilidades se reflejan en la última asamblea sobre cómo va ser el acto de graduación, donde se decidió seguir reproduciendo tradiciones burguesas europeas a la perfección, porque la utilización de la toga y el birrete representa a lo sumo a la burguesía que desde el siglo XVI se ha venido utilizando en las universidades, y se sabe quiénes accedían a las universidades de esas épocas, incluso hay que recordar que las mujeres no tenían ese acceso, por el sistema patriarcal tutelada por la iglesia católica.
La decisión de la primera promoción, de la utilización de togas y birretes nos lleva inmediatamente a la deducción de lo mucho que nos falta todavía, para comprender las propuestas políticas, pedagógicas y filosóficas del IALA y que cinco años de formación no fueron suficientes para muchos de nosotros y nosotras.
El vestir toga y birrete no expresa simplemente la vestimenta como tal, sino la denotación más allá de lo tangible, posee una carga ideológica que inculca la división social del trabajo, la división entre los que piensan de los que hacen; de los que saben (graduados) y de los que no saben (campesinos), representa el conocimiento colonizado, el conocimiento elitista, el conocimiento mercantilista, etc. Entonces, ¿Qué tiene que ver eso con la agroecología? ¿Donde queda la teoría freiriana, la educación liberadora? ¿Dónde está la diferencia marcada de una Universidad construida desde y para la clase trabajadora? ¿Nos liberaremos con nuestro pueblo o seguiremos reproduciendo la tradición burguesa? ¿Es la tradición burguesa la que tenemos que imitar o es la tradición campesina la que tenemos que vivir? ¿Discutimos la refundación del IALA para qué? .No les parece ridículo y contradictorio que la primera promoción de Ingenieros Agroecólogos, militantes de movimientos sociales se gradúen con togas y birretes, ¿Me pregunto, no estamos cayendo en la incoherencia camaradas? ¿Dónde queda nuestra mística revolucionaria? ¿Qué herencia le dejaremos a las nuevas generaciones del IALA Paulo Freire y demás Red IALAs? en términos de formación política y coherencia revolucionaria.
Me pregunto, qué pensarían los principales luchadores, pilares de la Educación Liberadora como Paulo Freire, Antón Makárenko y otros pedagogos libertarios, a más de los miles de campesinos, campesinas, indígenas y Afrodescendientes que murieron por la causa. Supongo que estarían revolviéndose en sus tumbas, al ver cómo “los militantes de los movimientos sociales de Latinoamérica”, reproducimos las modas de las universidades tradicionales en nombre de la Educación Liberadora. .
En este proceso de construcción de la Universidad diferente que venimos sosteniendo desde hace más de cinco años, me ha enseñado que solo hay dos caminos en el proceso histórico-social camaradas, mantenemos o cambiamos, ¿Por cuál optamos? Si la opción es mantenersugiero agregar en el paquete de la graduación el anillo, la esclavina y las botellas de champán pero de la marca Perrier jouet. Pero, si optamos por cambiar,tenemos que prescindir de la ideología burguesa en su forma y contenido para que verdaderamente podamos aportar en la transformación social, tarea a la cual fuimos llamados y llamadas.
La graduación será el reflejo de lo que somos como colectivo en términos ideológicos, el parámetro final que va demostrar de cuan comprometidos y comprometidas estamos o hemos estado, para construir una universidad diferente y los desafíos que ella nos presenta, inclusive para la segunda promoción si la necesidad es enderezarla.
Asumiendo que la historia como decía Marx, “... de todas las sociedades es la historia de la lucha de clases",esta humilde reflexión no tiene el ánimo de cambiar la decisión colectiva de usar las togas y birretes durante el acto de graduación, pero sí tiene el ánimo de sacar las togas y birretes que tenemos dentro de nosotros y nosotras amarrados por nuestra alienación, porque como lo decía Che Guevara, "Luchamos contra la miseria pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación”
Sabaneta, 15 de marzo 2012